Seis testigos desfilaron en la sala de audiencias ubicada en el segundo piso de los tribunales en Trelew, al desarrollarse la primera jornada del juicio oral y público en que se acusa a Mauro Andrés Aguila del delito de homicidio simple en grado de tentativa, dos hechos en carácter de autor, enmarcados en los artículos 75 y 42 del Código Penal.
Hechos
El Fiscal General César Zaratiegui expuso la hipótesis acusadora, especificando que el imputado habría irrumpido cerca de las 18 del día 9 de diciembre de 2011, en un domicilio de la calle Posadas Norte de Trelew, donde se encontraban reunidas varias personas compartiendo mates en el patio delantero de la vivienda. Aguilar habría portado el arma 9 mm, con el que primero apuntaría por la espalda a César Martin, allí presente, con intenciones de causarle la muerte.
Al observar lo ocurrido, Marcelo Martin reacciona trenzándose en lucha con el visitante, saliendo a la calle entre forcejeos, y es en ese momento cuando Aguilar, un agente policial que prestaba servicios en dependencias policiales de Trelew, dispara causando heridas en quien intentaba detenerlo. Ante esto, César va en defensa de su hermano, provocando que el agresor dispare sobre su humanidad, lo que posteriormente le provocaría la pérdida de un riñón.
También estaban en el lugar una hermana de Martin y otra mujer, actual novia de uno de ellos y madre de un hijo de Aguilar. Esta última logra quitarle el arma, arrojándola a un techo lindante, haciendo que el acusado se trepe y consiga tomarla nuevamente, en momentos que llegaba la policía al lugar.
Dirigiéndose a los integrantes de la fuerza pública, el agresor amenazaba con quitarse la vida, mientras a través de un celular parecía expresarle a un interlocutor: "me mandé una cagada, ya está...". En medio de una tensión generalizada, Aguilar terminaría descerrajándose un tiro en uno de sus brazos, por lo que estuvo internado varios días, antes de ser alojado detenido en una dependencia.
El doctor Zaratiegui manifestó que acreditará en el debate con las pruebas testimoniales y documentales pertinentes todo lo sucedido, mientras el defensor Gustavo Latorre, dijo que intentará probar la falta de certeza para adjudicar el dolo a su cliente, un policía que utilizó aquella tarde de diciembre su arma reglamentaria.
Víctimas
La mayor parte de la jornada estuvo centrada en el testimonio de las víctimas, los hermanos Martín y dos hermanas de éstos, presentes en aquel lugar al momento de los hechos, quienes ratificaron lo sucedido, y fueron abundando en diferentes detalles, de acuerdo a las circunstancias que les tocó vivir.
César Martín expresó que llegaba a Trelew luego de egresar de la escuela de sub oficiales, con intenciones de compartir ese momento con su familia, teniendo en cuenta que su destino laboral era Río Mayo. Habló de su relación con la ex pareja de Aguilar, a quien conocía de la escuela, y contó como recibió un balazo en la pierna y luego otro en el estómago.
"Estuve seis o siete días en terapia, dormido, cuando desperté lloraba, no lo podía creer", dijo César, agregando que pensó en largar todo, desanimado por el estado en que se encontraba y enterándose a través del médico haber perdido un riñón y salvado su vida milagrosamente.
Su hermano, Marcelo, resaltó lo vivido por toda su familia, en especial su mujer embarazada en aquel momento y su hija, detallando el sufrimiento padecido en lo personal, ya que una bala disparada por Aguilar le perforó el intestino. "Fui operado y estuve con el intestino afuera de la panza un buen tiempo", dijo casi quebrándose.
Sobre el hecho, contó como llegó Mauro Andrés Aguilar con un revólver en la mano, sorprendiendo a quienes se encontraban en el lugar. Una vez allí apuntó a su hermano en la cabeza, reaccionando y abalanzándose sobre el agresor, sintiendo el ardor de un disparo que le entró a la altura de la cintura.
Escuchó otros estampidos, antes de buscar refugio en casas vecinas, padeciendo un desvanecimiento, del cuál trataron de hacerlo reaccionar.
Hermanas
Las hermanas de los dos anteriores aportaron otros datos: la mayor de ellas pudo ver llegar a Aguilar con el arma en la mano, si bien se encontraba en el interior de la vivienda, pudiendo observar desde la puerta lo que ocurría en el patio delantero. Ahí estaban los dos Martín junto a quien era algo mas que amiga, según dejó entrever, de su hermano César.
Tanto ella, como su hermana menor, ratificaron que aquella mujer, trató de evitar que su ex pareja y padre de su hija, Aguilar, agrediera a su hermano. "Ella lo abrazaba mientras decía: no Andrés", aseveraron en sus testimonios, ambas con mucha angustia y con lágrimas en sus ojos.
También vieron subir al techo de una vivienda lindante al acusado, mientras la menor pudo ver como sacaba el cargador y lo volvía a poner en el arma, que por otra parte había arrojado la amiga de su hermano y ex pareja de Aguilar.
La mayor dijo que una vez en el hospital padecieron la apatía y hasta en cierto modo agresión policial, ya que se la habían agarrado con sus hijos y otros familiares, realmente alterados ante lo sucedido, mientras Aguilar llegaba herido en su brazo, escoltado por efectivos y hasta "nos miró riéndose en nuestra cara", agregó.
La misma testigo contó el dolor por el que atraviesa toda la familia, contando como debían ayudar a sus hermanos durante la recuperación y los momentos de incertidumbre vividos mientras ambos permanecían en el hospital, con César mas agravado, sin saber como podrían llegar a evolucionar. Mientras relataba todo ésto, en un momento intentando mirar al imputado le expresó: "mucho daño provocaste".
Policía
Al final fue el turno para dos policías que participaron en los procedimientos llevados adelante, cuando fueron avisados que algo sucedía en aquel lugar. El primero de ellos, de apellido Castillo, cumplía funciones en la seccional segunda, y contó el panorama que encontró al llegar, con un Aguilar muy nervioso que amenzaba con quitarse la vida.
Pudo ver a Marcelo Martín herido y cuando lograron cargarlo en la ambulancia, recién vió a César tendido en la camilla ensangrentado. Pudo también testificar sobre el disparo descerrajado por el propio imputado en su brazo izquierdo, para posteriormente ser abordado por el propio personal policial allí presente y trasladado al hospital zonal, donde se le informó de la gravedad en el estado del propio Aguilar, sin recordar sobre la situación de los hermanos heridos.
Por otra parte, el mismo Castillo aludió a los incidentes que habrían causado en el hospital los integrantes de la familia Martín, aunque cuando se le preguntó si él había visto eso, contestó negativamente y que se enteró a través de lo que se comunicaba por radio policial.
El tribunal, integrado por los jueces Adrián Barrios, Laura Servent y Francisco Orlando, este último de Puerto Madryn, convocó a una nueva jornada para mañana a las 9 en la misma sala de audiencias.
Savd
La tensión, angustia y padecimientos sufridos por la familia de las víctimas, evidenciados a través de sus deposiciones ante el tribunal de enjuiciamiento y todos los presentes en la sala, mostraron el trabajo de contención llevado adelante por el servicio de asistencia a la víctima del delito.
Los integrantes de este organismo auxiliar del Ministerio Público Fiscal acompañaron en forma permanente, tanto en el exterior como en el interior de la sala de audiencias, a quienes tenían la responsabilidad de exponer, aún cuando el desborde emocional se hace inevitable.
En algún momento, cuando alguna de quienes fueron convocadas quebró en llanto, se la invitó a salir un momento hasta reponerse, ella misma señaló la necesidad de seguir adelante, contando con la asistencia de una trabajadora social del servicio de asistencia.
Sucede que las integrantes del servicio no acuden solamente al momento de un debate o una audiencia, sino que van asistiendo durante todo el proceso sicológica y socialmente a quienes son consideradas víctimas del delito y sus allegados, intentando una contención, sin la cuál sería muy difícil llegar a estas instancias del proceso, con la capacidad de poder contar y recordar momentos para nada gratificantes.
De allí que las partes se ven beneficiadas con este trabajo, dado que no solo el fiscal, sino también la defensa tienen la posibilidad de profundizar buscando dar mayor claridad a los hechos.